Aviso: esta entrada es ni más ni menos que un berrinche…
¿Cómo es posible que la primera operadora del país, estado, nación o lo que sea, ofrezca un servicio de atención al cliente online tan lamentable?
No se trata únicamente de ofrecer una página web que no funciona correctamente en Firefox: lamentablemente, esto es tan común que uno llega a acostumbrarse. Es que, aún utilizando Internet Explorer, en un 90% de mis intentos de realizar algún tipo de gestión a través de la web termino desistiendo ante los errores, esperas interminables, timeouts (desde luego, no se trata de un problema de ancho de banda por mi parte, he llegado a tener problemas incluso con una conexión de 20 Mb para mí solito) e incoherencias del interfaz… ¿Qué sentido tiene, al rellenar tu dirección, un selector en el que puedes indicar que vives en un apartamento, si no puedes dar el número? O soy muy torpe (que lo soy), o al enésimo intento creo que hubiese sido capaz de resolver semejante rompecabezas.
Si el cabreo no es superlativo, acaba uno recurriendo a la llamada al 1004 para resolver el papeleo correspondiente, lo que me lleva a otro motivo para refunfuñar: en ningún lugar de la página he sido capaz de encontrar el número de teléfono de marras, y he terminado por crear un contacto en el móvil (vale, mi memoria ya no es lo que era). Por otro lado, es justo señalar que la chica que me atendió la última llamada era amable, atenta y eficiente, lo que me causó una grata impresión (ojo, no por ser chica sino por la empresa de la que se trata).
El resultado de todo esto es que, por fin, dispongo en mi casa de un ancho de banda «decente»: el router acaba de sincronizarme a 3005 Kbps de bajada y 319 Kbps de subida (mientras escribo esto, me estoy bajando un fichero de unos 40 MB a unos 300 KB por segundo) por 1 euro más al mes. Por cierto, ¿hasta cuando tendremos que esperar por un ancho de banda simétrico y un precio razonable y acorde con las capacidades actuales? ¿Y por qué no anuncian la promoción a bombo y platillo, como sería de esperar? (gracias, Laz).
Ahh, qué tranquilo se queda uno después de tomar la pastillita.